domingo, 10 de octubre de 2010

Sin acotaciones (número 1)

¿Ves a aquel tipo de allí, el que está sentado junto al enrejado?, fíjate bien. Sí, el que lleva una chaqueta oscura. Sí, ése; pues ése es el hombre que te va matar.

...  ¿y sabes su nombre? No, tampoco importa demasiado, debió venir ayer mismo, me han hablado muy bien de él. Ya imagino, escucha: sé que en otra circunstancia su nombre hubiera sido un dato prescindible pero, la verdad, creo que tengo derecho a saber cómo se llama. Pues siento no poder ayudarte, ciertamente podría hacer una llamada y averiguarlo pero el nombre que me darían no sería el verdadero, nadie de su sector usa su nombre verdadero. Lo sé. Hazte cuenta que se llama... Javier, o Pedro. ¿Me va a matar un tipo que se llama como el primer Papa?, creo que no me inspira mucho. Como veas, si lo que buscas es inspiración.
¿Cuándo será? Esta noche, en un 90%. ¿Esta noche? Sí, estoy casi seguro, esperará a que la ciudad duerma, así es como funciona. ¿Funciona?, vaya palabra, nunca pensé que se pudiera hablar del fin de la vida de un hombre empleando la palabra funciona. Ya... ¿quieres otro café? ¿Y cómo será? ¿El qué, el café? ... No creo que deba preocuparte, será y punto. ¿Que no debe preocuparme dices? No, no debe preocuparte, hazte cuenta que ya ha pasado. ¡Es que no ha pasado, joder! ¿cómo será? No sé cómo será, qué quieres que te diga; por lo que me han dicho suele usar sus manos, ya ves que es un tipo corpulento, será rápido, eso seguro. ¿Sus manos? Sí, así es como suele actuar, aunque en el último año dicen que le ha dado por salirse un poco el guión. Qué quieres decir con el guión. Bueno, no sé, ¿recuerdas a Flavio, el joyero de Tarrasa? Sí. Con él usó una cuerda, una especia de cinturón de nudos, eso al menos nos dijo Reno, y meses antes, en Lisboa, utilizó un cuchillo de cocina, de esos grandes; es raro porque siempre usa sus manos, no sé por qué lo haría. ¡Joder! ¿Quieres tranquilizarte?, la gente te está mirando, ya sabías cómo iba a ser todo.
Escucha: sé que está todo hablado, pero aún estamos a tiempo. A tiempo de qué. A tiempo, a tiempo, joder, por qué no quieres entender. El que no quieres entender eres tú, no me vengas con ésas ahora. Puedo desaparecer y lo sabes, el efecto será el mismo, nunca más sabréis de mí. Creo que te olvidas de algo ¿no?, o mejor dicho, de alguien. ... Tranquilízate, termina el café, vuelve a casa y toma una copa, mira un rato la tele, súbete una puta, haz lo que quieras, tienes tiempo, todo será muy rápido. Y dale con lo de rápido: ¡qué coño significa eso! No va a dedicarte más tiempo del necesario, no le interesa. ¿Y si falla? ... ¿eh, y si falla? De qué hablas. Sabes de lo que hablo, qué pasa si falla, si no termina su trabajo, qué pasa entonces. No seas estúpido, si falla, mañana por la mañana te mato yo mismo.
... me marcho, haz lo que quieras hasta esta noche, no hace falta que te recuerde que si no cumples con lo pactado pagará quien no tiene culpa de nada. ¡Joder! Adiós Darío, y no te preocupes por esto, invita la casa. ...
Aguarda un momento, una última cosa. Tú dirás. Prométeme que mis hijos nunca sabrán lo que hice, ¿tengo tu palabra? Eso fue lo acordado, no tienes que recordármelo, de lo que de mí dependa, tus hijos nunca sabrán nada... y ahora vete a casa, hazme caso, está empezando a llover, no te vayas a enfermar, adiós Darío. ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario