sábado, 18 de noviembre de 2023

Plebiscito

 




Entre los ventanales amplios que ofrecía el destino

elegía aquel colonizado por la luz silenciosa de las voces.

Entre los trayectos susurrados por los atlas

elegía siempre aquel que dirigiera sus miradas hacia el norte.

Y una vez ya dentro, sabiéndose en el tren articulado de los días

buscaba el lado más occidental de los vagones.

Exploraba la inconmensurable pequeñez de las vivencias

para trasladarla a un frenesí de relatos galdosianos,

dramáticos, reales,

un poco incomprensibles.

Para más tarde, despertando de un sueño sosegado,

conmemorar el perfil erosionado de los ciclos.

Se arropaba con las letras de mil textos

sin dejarse arrastrar por los gritos emanados de los vecinos locos,

pobres alienados,

sabiendo que su espacio cotidiano provenía

de una civilización anciana

creadora de cerámicas,

dibujos, creencias

y de un vaso arqueológico de forma acampanada.

Por eso su memoria escribía en los espejos

retratos de tela

armonías del alma

frenesí de danzas contagiosas

y un mural paternal de selváticos colores.

Al fin, decidió preguntar a sus complejos

qué camino habrían de tomar sus decisiones.

Propuso un plebiscito

vinculante

que arrojó un resultado sorprendente:

vivir sin miedo alguno

mecido por el canto de los libros,

el eco de los lápices

y el caos evanescente

de los ruidos.


sábado, 11 de marzo de 2023

Romance lento de la niña y el charco



Caminaba la niña

por el suelo mojado

buscando un espejo

sin los ojos vendados

 

Ya frente al agua

peinaba su pelo

miraba su encanto

rompía el hechizo

chapoteaba

 

Encontraba en las gotas

algo más que sueños

deseos confusos

jaulas de cristal

meditaba en silencio

mientras salpicaba

 

Amaba el fonema

del vocablo charco

con che de charanga

de chile, de choza

charol, chato, ¡chispa!

 

Jugaba a jugar

huía de huirse

atletas arcaicos

y libros calados

de lluvia en Macondo

chaleco y chubasco

 

Escucha y susurra

melodías, palabras

cantautores zurdos

que empujan su alma

hacia el valle izquierdo

del camino cierto

 

Y ya vuelve la niña

de sonrisa inquieta

a la che de la chácara

chocolate o quechua

Sigue su camino

con miedo al olvido

como hace el mochuelo

volviendo a su olivo. 



sábado, 14 de enero de 2023

También los astros


Parece lógico pensar que fue observar la arena lo que le hizo intuir la invencible fortaleza del término infinito. También la contabilidad imposible de los sucesos del agua y sus vaivenes. La inconstante orilla, la brisa discontinua. La playa sin dueño. La forma inesperada de un pequeño mar, protegido con solemne timidez por un cabo que siempre mira hacia Oriente.

También un faro.

Qué fácil fue entontes, ya al anochecer, alzar la vista y asomarse al cosmos. Buscar mares en el cielo. Sentir en las retinas el albedo perturbador de millones de objetos que nos miran desde donde estuvieron, no ya desde donde están (si acaso existen)

También la luna.

Así, entonces, fue natural rodear su vida con el manto perenne de los números. También de algunas letras, pero usadas siempre para reemplazar a otros números. Discutir sistemas, localizar máximos. También mínimos. Dar valores a x. También a y. Aproximarse a e. Calcular cuánto cabe en una esfera. Dejarse seducir por el estimulante suspense de las conjeturas, por la sugestiva solvencia de los teoremas. Por el tranquilizador reposo de los corolarios (Quod erat demonstrandum)

También los puntos (suspensivos…)

Y finalmente, mirar para siempre por lentes sucesivas y escuchar la música callada de los cometas. Sentir el pulso incesante de un ballet de mil constelaciones. Y bailar con ellas. Como hacen la luz, el espacio y el tiempo.

También los astros.