domingo, 31 de octubre de 2021

Cartografías

Encontré en el punto exacto en que nace la Geometría un cuadernillo opaco con las esquinas abarrotadas de coordenadas. Una suma de hojas siamesas, unidas por el occidente de sus líneas y los bordes convocados en el mismo acantilado de los mapas.

Incomprensible a mis ojos de ciencia fragmentaria, busqué entre las fórmulas que en él se anunciaban, alguna voz que me explicara la suerte bidimensional de los planos acotados. Acaso algún indicio de una representación desdibujada, como insinúan las orillas a las playas en calma, cuando el mar deja respirar a sus corrientes.

Pero ni los dibujos procedentes de los lápices, ni los ángulos sometidos al dictado iluminado de las brújulas me dieron más informe de aquel diario de sesiones geográficas, que el propio hecho de encontrarme ante un laberinto de suposiciones planetarias.

Decidí entonces devolverlo a su lugar y seguir rumbo, imaginando que eran cartas, escritas por la misma superficie de las cosas y llamadas a orientar a los mortales en su tránsito hacia el extremo más meridional de sus hazañas. Hacia el margen más septentrional de sus deseos. 

 

sábado, 23 de octubre de 2021

El castillo de las puertas cerradas

 


Por alguna extraña razón, que se me escapa, las estancias acordaron adoptar las trazas más severas de la confidencialidad. Sellar los trayectos que dan vida a la luz entrometida, y cortar toda comunicación con los sonidos descendidos de las almenas.  

Por alguna singular razón, del todo inaccesible para mí, los umbrales fueron desde entonces una solemne continuación de los muros persistentes, hasta el punto de que ni el más refinado de los tactos, era capaz de discernir el punto exacto en que nacía una puerta o moría la frontera cincelada de las piedras.  

Por alguna misteriosa razón, que desconozco, los espacios soberanos del castillo no dudaron en conceder al hermetismo el honorable privilegio de los altares, mayorazgo conciliar sin posibilidad de réplica, para así desterrar, más allá de los fosos y los puentes levadizos, a las milicias intenciones de imprecisa vocación y oscuros retos.  

Pero entonces, por alguna razón que se me escapa, llegó un viento insospechado, imprevisible generador de desconciertos, cruzó el foso sin violentar la empalizada, y rodeó la barbacana con un millón de razones intuidas. Entró en el patio con sus huestes y liberó las cerraduras de la dictadura de sus llaves, fundió el hielo de las bóvedas y las capillas, y regaló al corredor una sonrisa acaudalada.

 


sábado, 9 de octubre de 2021

Hombre sin personalidad aparente



Suspendieron la fabricación de bocetos justo el día de su ascenso. Fue la mala suerte. 

Con la mañana a cuestas y el sueño de la noche aún por resolver, el hombre de fácil referencia y sencilla indumentaria, apenas pudo sorber por unos segundos la pócima sagrada de la notoriedad. Qué mala suerte. 

Desde su infancia irrelevante, siempre proyectó la construcción de un gorrión hecho de árboles, uno que volara solitario por encima de una autopista sin otro vehículo que las sombras entregadas por los rascacielos. A nadie le importó. Maldita mala suerte. 

Y ahora, encaramado en la cresta quebradiza de las décadas, el hombre sin personalidad aparente ha sido nuevamente suprimido, olvidado. Extraído del más simple y prescindible de los mapas. 

Ni su nombre aparecerá ya. 

Ni la ridícula silueta de sus lápices. 

Todo se lo tragará el voraz olvido de los relojes de arena.

Todo. Hasta su mala suerte. 



 *FOTO: Hiromu Kira: “El pensador”. 1930

sábado, 2 de octubre de 2021

Balada breve del monte, la niña y el gato

 


La niña le dijo al monte que viniera pronto

que trajera la luna

para sembrar de luces los caminos anchos

que cruzan el río

por un solo puente

con un solo paso.

El monte le dijo al gato

que trepara a los árboles

y contara a los duendes

que hace muchos años

la guerra se llevó el puente

el río las almas

el viento los nombres

y el tiempo los pasos.

La niña entonces vivió con el gato

lo nombró emperador

de su espacio y sus tiempos

cruzaron el río

por un puente de paso

y buscaron el alma

del monte sin luna

por caminos anchos

árboles y luces

sin vientos

ni duendes.