La
niña le dijo al monte que viniera pronto
que
trajera la luna
para
sembrar de luces los caminos anchos
que
cruzan el río
por
un solo puente
con
un solo paso.
El
monte le dijo al gato
que
trepara a los árboles
y
contara a los duendes
que
hace muchos años
la
guerra se llevó el puente
el
río las almas
el
viento los nombres
y
el tiempo los pasos.
La
niña entonces vivió con el gato
lo
nombró emperador
de
su espacio y sus tiempos
cruzaron
el río
por
un puente de paso
y
buscaron el alma
del
monte sin luna
por
caminos anchos
árboles
y luces
sin
vientos
ni
duendes.
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