martes, 28 de junio de 2022

El puente

 




Mirando ahora de cerca

las aguas que pasan bajo mi puente

descubro con predecible asombro

que son menos caudalosas de lo que imaginé.

(aunque, eso sí,

algo más turbias)

 

Observo que en ellas

(para mi sorpresa)

navegan aún, heroicamente,

barquitos de papel que hice de niño

con mis manos confundidas de proyectos,

y que di por irremediablemente hundidos,

tras singular batalla

contra los bien armados galeones

de la ambigua adolescencia.

 

Ni me atrevo a imaginar

qué otras corrientes

habrán de seguir erosionando

mi caudal,

ya de por sí cansado.

Ni quiero tampoco

describir los restos

de naufragios ya asumidos,

alejándose,

como hacen las cigüeñas

o los templos tristes,

cuando dejan de sentir el aliento

de su utilidad y sus razones,

y ningún espacio,

por apacible que parezca,

sea digno de llevar el nombre de

un lugar donde quedarse. 


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